LIENDO O'CONNOR

INTELIGENCIA + ESTABILIDAD

CHINA Y LOS ESTADOS UNIDOS A LA CONQUISTA DE HISPANOAMÉRICA. EL VALOR QUE NO SE PERCIBE

La dinámica geopolítica de Hispanoamérica viene experimentando cambios significativos en las últimas décadas, especialmente con el creciente interés y presencia efectiva de China en la región. Esta situación al mismo tiempo plantea importantes desafíos y oportunidades tanto para los países Hispanoamericanos como para los actores globales tradicionales, como los Estados Unidos y China, u otras potencias extracontinentales como Reino Unido, miembros de la Unión Europea, Turquía, y particularmente Rusia e Irán.

China continúa intensificando su participación en Hispanoamérica, invirtiendo en una variedad de proyectos que abarcan desde el comercio de bienes, la minería hasta la infraestructura energética, y red de transporte, soja y petróleo. Y significativamente, la puesta en operación del Mega Puerto de Chancay en el Perú, que desafía toda la estructura de rutas marítimas y el sistema de cabotaje sobre las costas del océano Pacífico, desde Alaska hasta la tierra del fuego.

El comercio entre China y América Latina ha aumentado exponencialmente, pasando de 12.000 millones de dólares en el año 2000 a 495.000 millones de dólares en 2022.

Este crecimiento ha llevado a China a convertirse en el principal socio comercial de América del Sur. Países como Chile, Costa Rica y Perú ya han establecido acuerdos de libre comercio con China, y otros como Panamá y Uruguay están explorando nuevas oportunidades comerciales. La llamada a unirse a los países del grupo de los BRICS es también un desafío estratégico

Por otro lado, la respuesta de los Estados Unidos a esta creciente influencia de China viene generando una percepción de incertidumbre. La política exterior estadounidense hacia Hispanoamérica ha mostrado una tendencia a advertir sobre los riesgos estratégicos que representa la presencia de China, especialmente en puntos neurálgicos como Panamá, debido a su canal interoceánico, el acceso a recursos naturales que demanda China, desde recursos marinos, agroindustriales y mineros. Las preocupaciones prioritarias desde el ámbito de los intereses de seguridad vitales de los EEUU si se encuentra presente a través de una serie de vistas de funcionarios del Departamento de Defensa y de las FFAA de los EEUU a la región, tomando acciones concretas como los últimos acuerdos realizados entre Argentina y EEUU en materia de Defensa Militar. Sin embargo, se aprecia al mismo tiempo una disminución en la formulación de nuevos acuerdos o compromisos económicos por parte de los Estados Unidos, lo que contrasta con la proactividad económica y comercial de China en la región.

En este contexto, los países de Hispanoamérica se encuentran en una posición de incertidumbre y de desafíos básicamente orientados en equilibrar sus relaciones entre las dos grandes potencias. Por un lado, la histórica influencia de los Estados Unidos y, por otro, la creciente presencia de China que ofrece nuevas oportunidades económicas y de desarrollo.

Los Estados Unidos tienen una experiencia bicentenaria de proyección de sus intereses sobre la región que son desafiados por una audaz, sin experiencia pero decidida aproximación económica – comercial potente y pragmática de China hacia los países de la región, con importantes preocupaciones en ello, como la presencia de la corrupción local o la dependencia financiera de incierta sostenibilidad en sus inversiones.

La política exterior de los Estados Unidos hacia Hispanoamérica frente a la presencia de China es un tema complejo que involucra múltiples dimensiones, desde la económica hasta la estratégica. Desde su prioridad eurocéntrica, hasta la región en términos de patio trasero. Los países Hispanoamericanos por su parte, discurren por las aguas dominantes de la diplomacia internacional y la cooperación bilateral, pero sin rumbo ni visión propia debido a la ausencia de verdaderos liderazgos locales con capacidad de integrar una región con lazos geográficos, históricos, de idioma, religión y cultural que por sí mismos constituyen una potente base de integración que se encuentra totalmente ausente en los espacios que genera la gestación de un nuevo orden multipolar que parece asomarse en el escenario de las relaciones internacionales.

La situación en curso, en términos de competencia hegemónica global entre los Estados Unidos y China, sugiere que Hispanoamérica constituye en un escenario de importancia estratégica donde se juega una parte del equilibrio de poder global. La presencia continua de China en América y la respuesta de los Estados Unidos a esta realidad serán determinantes en la configuración de la política exterior y las alianzas en la región en los años venideros.

A pesar de estos desafíos, la relación con China viene permitiendo a los países de Hispanoamérica diversificar sus mercados y reducir su dependencia de las economías desarrolladas. La participación en iniciativas como la “Nueva Ruta de la Seda” de Beijing ha abierto nuevas oportunidades de desarrollo y cooperación desde y hacia la región.

En consecuencia, la presencia de China en Hispanoamérica viene transformando las relaciones comerciales bilaterales de la región, ofreciendo nuevas oportunidades económicas y desafíos políticos y estratégicos. Hispanoamérica continúa enfrentando este nuevo panorama geopolítico, buscando maximizar los beneficios mientras gestionan los riesgos asociados con una mayor integración con la segunda economía más grande del mundo, pero siempre en el ámbito bilateral; cuando se perciba el valor y la importancia de un destino inevitablemente común entre los países hispanoamericanos a través una visión integradora, la aproximación a esta nueva realidad geopolítica y global podría ser mucho más valiosa y útil para todos los actores. La potencia hegemónica que así lo entienda y avance hacia ello, tendrá una ventaja que ni si quiera puede imaginar.

2 respuestas

  1. Supongo que objetivo de un buen estadista es lograr la seguridad, el desarrollo y bienestar de su nación, esto no nos será posible si solo vemos alianzas bien con X o Y países, sino un equilibrio como bien ha mencionado, porque tienen y tendrán un costo político y económico que no necesariamente involucraría nuestro desarrollo y bienestar, pues nos necesitaran dependientes de ellos,y por ellos las alianzas deben revisar con cuidado, por qué algunas podrían resultar ser más perjudiciales que beneficiosas. Lo que alarma es que no parecer haber una agenda clara y a largo plazo en ese sentido tanto a nivel político como economico

    1. Muy pertinente e ilustrado comentario. Un monitoreo objetivo de los acontecimientos internacionales en curso y el resultado de las elecciones en los EEUU en noviembre de este año resultarán claves para reducir los espacios de incertidumbre geopolítica que se proyectan sobre Hispanoamérica.

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